PARÀBOLA DEL SERVENT SENSE COR. SISÈ


PARÀBOLA DEL SERVENT SENSE COR
LLETRA DE LA CANÇÓ
Hubo una vez un rey muy severo 
al que un vasallo debía mucho dinero. 
Diez mil talentos de oro era la deuda 
y el pobre siervo no tiene una moneda. 
Ordena el rey quitarle su casa, 
vender su tierra, sus muebles para pagarla. 
Mandó vender a sus hijos y a su mujer. 
Y a él también como esclavo mandó vender. 
El pobre siervo imploró desesperado:
 “Si me perdonas, todo te pago”.
El rey se compadeció de aquel vasallo, 
la deuda le perdonó. Mandó soltarlo.

Nunca olvides el perdón que Dios te da. 
Cuando te hagan una ofensa los demás. 
Disculpemos, no guardemos, ningún rencor. 
Y si alguno nos ofende, demos perdón.

A su casa, muy contento, se fue bailando 
pero tuvo un encuentro inesperado. 
Un hombre que le debía poco dinero
 y pagarle no podía desde hace tiempo. 
“Págame ahora mismo mis cien denarios 
o acabarás en la cárcel de presidiario”. 
Aunque el deudor le rogó, todo fue en vano. 
Lo llevaron ante el juez y fue apresado. 
La noticia llegó al rey, quien, indignado,
mandó que se lo trajeran encadenado. 
“Una deuda muy cuantiosa te he perdonado
 y tú condenas a otro por cien denarios. 
Ahora ve tú a la cárcel, siervo malvado, 
no saldrás hasta que pagues el último chavo”.

Nunca olvides el perdón que Dios te da. 
Cuando te hagan una ofensa los demás. 
Disculpemos, no guardemos, ningún rencor. 
Y si alguno nos ofende, demos perdón.

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